“La Mujer en la historia dominicana” es una interesante panorámica histórica y gráfica que pone en perspectiva una visión cronológica (o suerte de periodización: historia-mujer) del proceso histórico dominicano -y en su dinámica- la participación protagónica de la mujer dominicana en sus diferentes roles de: mujeres patriotas, campesinas, obreras, amas de casas, intelectuales, escritoras, educadoras, académicas, deportistas, profesionales, artistas, líderes campesinas, políticas, empresarias, congresistas, munícipes, en fin, en todas las esferas de la vida pública y privada de la sociedad dominicana.
El texto es, desde otro ángulo, una retrospectiva gráfica que logra a través de sus páginas rendir cuenta de esa participación activa de las mujeres dominicanas en cada etapa de nuestro accidentado devenir histórico. En el son protagonistas: mártires, heroínas y ciudadanas ejemplares: Rosa Duarte Diez, Manuela Diez, Francisca Duarte, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona, Juan Saltitopa, Josefa Antonia, Pérez de la Paz, Ana Valverde, Salomé Ureña de Henríquez, Ercilia Pepín, entre otras mujeres de no menos trascendencia y entrega a la patria. Y más próximo en el tiempo: Hilma Contreras, Aída Cartagena Portalatín, Las Hermanas Mirabal, Aniana Ondina Vargas Jaquez, Casandra Damirón, Florinda Soriano (mamá Tingó).
Y no estaría de más decir, que la mejor difusión de dicha obra histórica-gráfica sobre el papel de las mujeres en la historia dominicana, se lograría en las escuelas públicas y privadas, las bibliotecas públicas nacionales; pero sobre todo, en los partidos políticos que es donde predomina -en su máxima expresión- una cultura machista y excluyente ( y el ejemplo mas reciente, fue el intento, ¿o consumación?, de los partidos mayoritarios de obviar, escamotear o desconocer, con subterfugios baladíes, la proporcionalidad del 33% -referido a lo congresual y municipal- que la ley les otorga a las mujeres en la conformación de las boletas electorales) de las mujeres como actoras políticas, líderes y componentes claves en la gestión pública y privada, y también, como agente de cambio y de esperanza en la conducción del Estado. Ejemplos universales y regionales hay de sobras.
No quisiera terminar, sin antes, traer una síntesis crítica que la actual Ministra de la Mujer, Lic. Alejandrina Germán, hace en un breve texto de su autoría que aparece en la obra y que en el primer párrafo nos dice: “Es preciso modificar de raíz valores, actitudes y comportamientos que generan la convicción de que sólo el hombre hace historia. Es preciso trascender la cultura que excluye a la mujer de participar en condiciones de igualdad de los derechos y deberes en el desarrollo de una nación justa, equitativa, igualitaria, democrática y segura; respetuosa de los derechos humanos, responsable de crear las condiciones, los conocimientos, los valores, las normativas sociales y jurídicas que permitan que la cultura de la igualdad de género se imponga a la exclusión y prejuicios”. Pero También, esta precisión de los autores: “…sin pretensiones de exhaustividad, se muestra a través de procesos, hechos y figuras claves, cómo se traza el movimiento que revela la significativa participación de la mujer en la historia moderna dominicana. Ella, por esfuerzo propio, fue conquistando los espacios públicos en todos los terrenos”. ¡Magnifico!
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