viernes, 20 de abril de 2012

Se hunde el mito de "mujeres y niños primero"


La creencia de que las mujeres y niños son los primeros que deben ser salvados es en gran parte un mito. Así lo indica un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia.

El Titanic fue una excepción a la regla, ya que sobrevivieron más mujeres que hombres.

Del análisis de los sobrevivientes de 18 desastres marítimos surge que las mujeres "tienen una desventaja clara en cuanto a supervivencia", dicen los autores del estudio.

El informe asegura que los capitanes y la tripulación tienen una tasa de supervivencia significativamente mayor.

El desastre del Titanic, ocurrido hace 100 años, fue una rara excepción porque el capitán amenazó con disparar a aquellos que desobedecieran, según el estudio realizado por los economistas Mikael Elinder y Oscar Erixson

"Una cosa para recordar del Titanic es que las mujeres sobrevivieron en mucha mayor medida que los hombres", explica Elinder a la BBC.

La regla de "mujeres y niños primero" se ve ahora como la forma de comportamiento en emergencias. Y para los autores, el capitán tiene el poder de obligar a que se cumplan las normas y que todos actúen en consecuencia.

Hundirse con el barco

"Me gustaría pensar que salvaría al menos a mi familia, pero es muy difícil saber exactamente cómo se comportaría uno en estas situaciones ."

Mikael Elinder, de la Universidad de Uppsala.

Hasta la idea de que los capitanes se hunden con el barco es cuestionada por el estudio. "Casi la mitad de los capitanes sobrevivió en los desastres, eso a pesar de cientos de pasajeros muertos en cada uno de ellos", apunta Elinder. La explicación que encuentra es simple: "querían salvar su vida", y pone como ejemplo lo sucedido recientemente en el costa Concordia.

Los autores aseguran que sus hallazgos muestran que el comportamiento en situaciones reales de vida o muerte es mejor descrito por la expresión "sálvese quien pueda".

El estudio abarcó desastres marítimos a lo largo de tres siglos, que incluyen a unas 15.000 personas. Los autores dicen que los datos de 16 de los barcos estudiados nunca fueron analizados de esta forma anteriormente.

El primero fue el barco militar HMS Birkenhead el 26 de febrero de 1852, que según los expertos a menudo es visto como el suceso donde apareció la idea de salvar a mujeres y niños primero.

El Birkenhead transportaba alrededor de 20 familiares de soldados, además de tropas. Había demasiado pocos botes salvavidas para todos a bordo, y cuando empezó a hundirse se dieron órdenes para mujeres y niños fueran salvados primero. Los 191 sobrevivientes incluyeron a todas las mujeres. La cifra de muertos fue de 365.

Situación límite

Cuando el transatlántico SS Arctic se hundió en septiembre de 1854, a las mujeres y niños también se les ordenó ir a los botes primero. Pero la evacuación fue desorganizada, y rápidamente se llenaron con la tripulación. El capitán amenazó con responder con violencia a la desobediencia, pero dudó al hacer cumplir las órdenes. La cifra total de muertos fue de 227, incluyendo a todas las mujeres y niños, y los 41 sobrevivientes eran mayormente miembros de la tripulación.

Casi en la mitad de los naufragios estudiados se salvaron los capitanes.
El Costa Concordia fue un ejemplo de la actiud descrita como
 "sálvese quien pueda".
Cuando el MS Estonia empezó a hundirse en el Báltico en 1994, se escoró rápidamente, causando pánico a bordo. Eso complicó la puesta a punto de los botes salvavidas, y la mayoría de los 852 que murieron quedaron atrapados en el barco. No se registró una orden de "mujeres y niños primero". Y la evacuación no se hizo en forma ordenada, dijo el informe. Hubo 137 sobrevivientes.

El análisis mostró que la diferencia por género en las tasas de supervivencia en los desastres se ha achicado desde la Primera Guerra Mundial. Los autores dicen que esto está relacionado con el estatus más alto que tienen las mujeres en la sociedad moderna.

También señalan que en desastres más recientes la gente muestra generalmente altruismo hacia los más vulnerables, como aquellos con discapacidades.

Todos saben cómo se debe actuar en una situación límite como las que se abordan en el estudio. Pero nadie puede asegurar que en una situación real actuará de tal o cual forma. El propio Elinder lo confiesa: ""Me gustaría pensar que salvaría al menos a mi familia, pero es muy difícil saber exactamente cómo se comportaría uno en estas situaciones ".

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