JUN 7
Publicado por
movimiento30junio
Cuando un muchacho
se pone a soplar un globo, decimos que está inflándolo, y después de haberlo
inflado, lo suelta y el globo sube llevado por el viento, y sube tan de prisa
que si no está amarrado a un hilito puede caerse en el techo de una casa o
quedarse entre las ramas de un árbol. Pues bien, en economía, inflación quiere
decir más o menos lo mismo; los precios de los artículos se inflan es decir, se
ponen más altos, y comienzan a subir y a subir y si no se controlan llegan al
cielo.
Cuando a un globo se le suelta la soguita que
le amarra la boca, el aire que tenía adentro le sale de golpe y el globo cae a
tierra; entonces se dice que el globo se desinfló; y cuando los precios de los
artículos bajan de golpe; se dice que hay una deflación.
Ahora bien, si lo
que hace subir un globo es el aire que le mete el muchacho soplando, lo que
hace subir los precios es la falta de producción suficiente; esto es, cuando
hay 100 personas que están comprando camisas y no hay más que 50 camisas, el
precio de la camisa sube al doble, por lo menos.
Pero ustedes deben
fijarse que al subir el precio de un artículo automáticamente baja el poder de
compra de la moneda. Por ejemplo, si la camisa valía 5 pesos cuando había 100
compradores y 100 camisas, al haber 100 compradores y solamente 50 camisas,
éstas pasan a costar 10 pesos en vez de 5. Y eso quiere decir que el peso
perdió la mitad de su poder de compra.
Cuando sucede esto
se dice que la moneda se desvaloriza, y la moneda se desvaloriza cuando se
produce menos de lo que se consume, sin necesidad de que el Gobierno tenga que
dar una Ley quitándole valor a la moneda.
Cuando el Gobierno
da una ley quitándole valor a la moneda, se dice que el Gobierno ha devaluado,
pues quitarle valor a una moneda por ley es devaluar, o lo que es lo mismo, es
disponer una devaluación. Por ejemplo, el Gobierno mexicano devaluó su moneda
varias veces. En 1939, el peso mexicano valía 50 centavos de dólar. Esto es,
estaba a dos por dólar; después pasó a estar a 5 pesos 65 centavos mexicanos
por dólar, y por último pasó a 11 pesos 65 centavos por dólar.
Fíjense bien en que
una inflación quiere decir subida de precios y por tanto, automáticamente, pérdida
del poder de compra que tiene el dinero; que deflación quiere decir todo lo
contrario de inflación; que desvalorización quiere decir que la moneda o el
dinero pierde valor porque los precios de los artículos suben, y que
devaluación significa rebaja del valor de la moneda por ley del Gobierno. Otro
día, quizá mañana, hablaré con más detalle sobre este punto.
Hay otras causas de
inflación, y entre ellas están las que usan los Gobiernos partidarios de la
inflación, cosa que logran echando a la calle más dinero del que se necesita
para cubrir las necesidades monetarias de un país, o la que proviene del
abaratamiento de una moneda, cosa que ocurre cuando se echa a la calle una
cantidad muy grande de moneda sin respaldo. Pero de esas causas hablaremos otro
día.
Cuando hay
inflación, es decir, cuando los precios suben, sube el precio de todas las
cosas, y por esa razón los que tienen algo que puede venderse no se perjudican
con la inflación.
Por ejemplo, si yo
tuviera una casa y el costo de la vida subiera al doble, mi casa pasaría
también a valer el doble. De manera que en un sentido yo no me perjudicaría.
Pero si tuviera la casa alquilada por 100 pesos mensuales y la ley no me
permitiera subir el alquiler me perjudicaría porque no podría seguir viviendo con
100 pesos; necesitaría 200, en vista de que la vida subió al doble.
Los que tienen una
entrada fija y nada más que eso, como los empleados que viven exclusivamente de
su empleo y los trabajadores que viven solamente de su salario, se fastidian en
grande cuando hay inflación, sobre todo si no tienen medio alguno de lograr que
se les paguen más. Por eso se dice que la inflación enriquece a los ricos y
empobrece a los pobres.
Por ejemplo, los
pensionados civiles y militares, que no tienen manera de presionar sobre el
Gobierno para que les aumente sus pensiones sufren más que todo el mundo cuando
hay inflación.
Los que tienen
pólizas de seguro con la esperanza de dejarle a las familias una cantidad de
dinero cuando se mueran pueden dejarle la mitad de lo que habían calculado si
antes de morir la vida sube al doble, y mucho menos si la vida sube más. La
inflación puede producirse por muchas razones, entre ellas unas involuntarias y
otras voluntarias. Son involuntarias las que obedecen a una producción más baja
de artículos de venta diaria, o bienes de consumo, como dicen los expertos
cuando esa baja en la producción viene de malas cosechas o de falta de energía
eléctrica o de causas parecidas; son voluntarias cuando las autoridades deciden
provocar inflación dizque con el propósito de mantener la economía boyante.
Pero lo mismo si su causa es involuntaria que si es voluntaria la inflación
perjudica siempre a grandes mayorías y beneficia a menos; empobrece a los
pobres y enriquece a los ricos.
Pues bien, en su
discurso del viernes el Dr. Balaguer se decide partidario de la inflación
provocada por medidas del Gobierno; y poco después de haber dicho que aquí hay
que hacer “las reformas sociales destinadas a reducir el hambre y la
desnutrición en que vegeta la mayoría de la población dominicana”, dice lo
siguiente: “…creemos en el crecimiento económico, no es posible sin cierta
espiral inflacionaria”. Porque según dice él, copiando al apóstol de la
inflación provocada y mantener el bajo control —un economista norteamericano
llamado Siege— “semejante política tiende a elevar la curva de la utilidad
marginal del capital, estimula el ahorro y contribuye finalmente a aumentar la
rentabilidad de la inversión privada”.
¿Saben ustedes lo
que quieren decir en realidad esas palabras?
Pues quieren decir
lo que yo expliqué: hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. De
eso es de lo que es partidario el Dr. Balaguer, a pesar de que tiene conciencia
de “el hambre y la desnudez en que vive la mayoría de la población dominicana”.
Y precisamente
porque se da cuenta de esto último y lo reconoce y lo dice, y sin embargo
declara que es partidario de una política inflacionaria. Creo que en este punto
donde está la más escandalosa de las contradicciones en que cayó el Dr.
Balaguer al pronunciar su discurso del viernes pasado.
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